miércoles, 23 de diciembre de 2015

Navidad en el Camposanto....


 Hola, es víspera de navidad, voy como muchos días a visitar la tumba de un ser muy amado y especial para mi.
Tiene ya mas de tres años en las que manos asesinas y crueles lo arrancaron de nuestro lado, solo contaba 16 años.
Era alto, Buenmozo, fornido, callado e introvertido, de muy nobles sentimientos y una gran inteligencia, era de los que prefería andar de muy bajo perfil, cuando opinaba sus comentarios eran agudos, certeros y en ocasiones sarcásticos, jaja, a lo mejor eso lo heredo de su madre, quien posee una muy aguda inteligencia y siempre con una respuesta a flor de labios.
Aunque hoy no quiero hablar desde el dolor, es difícil no sentir esa punzada intensa en mi corazón de tía, que aunque se no es igual al de la madre, porque no parí, igual a este muchacho lo amaba infinitamente como a los otros sobrinos, no se si se parezca a la de una madre, solo entiendo que es lo mas grande que he sentido hacia ser humano alguno.
Son muchas las anécdotas que de el tengo, desde muy niño supe que era un ser especial, cuando apenas tenia 5 años me sorprendió diciendo que hiciéramos un circulo de velas, 7, para ser mas exactos, y que nos sentáramos en el centro y nos tomáramos de las manos e hiciéramos una oración, esto no lo entendí nunca pues en nuestra familia  nunca se había hecho tal cosa.
 Solo ocurrió ese día, nunca mas hablamos de ello y ya de mas grande tampoco recordaba mucho tal evento. Tal vez seria un alma que solo estaba destinada a pasar poco tiempo entre nosotros.
  Hoy llego al cementerio cargada de flores, como muchos otros días, una fresca brisa inundaba el vasto espacio, cantaban algunas aves, llenando de un dulce sonido el ambiente, limpie y pulí cuidadosamente su tumba, y me senté a charlar con el, llore con muchísimas ganas, con ese llanto agudo que sale desde lo mas profundo del alma, luego me calme, y con una sonrisa en los labios, hablando en voz suave y como un secreto compartido, recordando los arbolitos que hicimos juntos, con los otros sobrinos, que casi siempre terminaba la faena con una payasada o con una obra de teatro inventada por ellos, las cuales yo disfrutaba grabando, tengo muchas de ellas guardadas en una cámara y la cual no me he atrevido a volver a mirar.
  Juntos celebrábamos el Espíritu de La Navidad, aun tengo algunas de sus peticiones para el año siguiente, eran tiempos muy felices, con estos loquitos bochinchando en mi casa, haciendo los que les diera la gana, diciendo a veces algunas palabrotas, en sus casas esto estaba prohibido se sentían libres de ser ellos mismos, a fin de cuentas era la tía alcahueta y consentidora.
  Hoy ya no estas, los otros han crecido y tu compincha favorita  no vive en el país, mi Navidad nunca mas volverá a ser la misma, sin embargo cada vez que digo que no voy a poner el Arbolito o no voy a adornar la casa vienes a mi memoria a decirme cuanto te gustaba la navidad, y en tu honor seguiré poniéndola cada año de mi Vida...
 Dios debe tener para ti un lugar especial, y donde quiera que te halles mi amor y mi pensamiento y la bendición del padre han de acompañarte.
Hoy esta fresca brisa, y el trinar de los pajaritos me hablan que debes estar cruzando espacios infinitos y recorriendo lugares  maravillosos llenos de luz y de paz.
Te amo mi JV.

 

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